Sí, he vuelto! Lo que iba a ser un “relajo el ritmo pero vengo por aquí de vez en cuando” se ha convertido en una “bola del desierto” y me he ido durante semanas. Pero a ninguna parte, eh? (sólo un finde en la playa) que sigo por aquí detrás trabajando, pensando, repensando, ideando y, sobre todo, dibujando. Resulta que me hace inmensamente feliz y era a lo que menos tiempo le estaba dedicando. Porque como ya sabréis algunas y podréis imaginar otras, montarse un “Juan Palomo” de los negocios te da un montón de tareas, literal, ocupas una media de cinco puestos de trabajos más horas extras y acabas no teniendo tiempo para hacer eso por lo que empezó tu negocio. Así que nanai, no lo iba a permitir más.
Y así dibujar me ha traído de nuevo al blog. No vengo con normas férreas de días de publicación, pero lo haré siempre que pueda (también me hace feliz escribir).Eso sí, como vengo con aires renovados después del parón, quiero que mis diseños sean protagonistas de los post.
No lo retraso más: para empezar, y en las fechas que estamos… hablemos de verano!
Esta fue mi versión del verano de hace unos semanas,cuando aun no había pisado la playa, y lo único que podía inspirarme eran las fotos que otras personas más afortunadas estaban compartiendo altruistamente en redes sociales. Sí, esas con las que nos encontramos cada día a patadas y que hacen que bajemos los grados del aire acondicionado o tiremos de abanico y golpeemos nuestro pecho con indignación. Fotos cuyos protagonistas indiscutibles son helados deliciosos, tentadores, pecaminosos algunos y otros en versión saludable (a estos últimos me apunto y seguro que vosotras también, gracias al e-book súper baratuelo con recetas refrescantes de Lala Kitchen); piernas bronceadas, de fabulosa circulación que no conocen la retención de líquidos acompañadas con bikinis rebonitos que incitan a comentar rápidamente un “Amo ese bikini. De dónde es?” y, las que me sienta peor, fotos de “pieses” bellísimos que no ofenden a la industria del calzado con juanetes horribles como los míos.
Lo hice con todo el amor y cero sarcasmos,oye. Qué realmente son dos planazos!!! Pero ahora que por fin (¡¡poooooorrrrr fiiiiiin!!) he tenido mi escapada veraniega, me he saltado todo lo anterior. Me he ido a la playa, no he comido helado ni me he fotografiado las piernas (si hago esto último me cierran la cuenta de insta por “dañar sensibilidades”. Digamos que la fecha de depilación y la de viaje no coincidieron…). Me fui con mi querido a mi querido Portugal, a las playas de Meco y Bicas para más señas. Esta fue mi guía y la que te recomendaría si vas a la playa:
Porque a veces, y lo digo porque lo pruebo en mis carnes, estamos tan preocupados en hacer, hacer y hacer para enseñar, enseñar y enseñar, que se nos olvida lo principal: disfrutar. Vivir, en su máximo exponente. Para eso están todos-todos-todos los planes.
Y… antes de irme: como sé que ya sois algunos lo que estáis por ahí detrás leyéndome (y eso me hace tremendamente afortunada) sería genial que dejáseis algunas palabras en los comentarios. Realmente lo estoy deseando! Este blog está para gustaros y para que tengamos una conversación 2.0. ; )
Así que, dime: crees como yo que a veces necesitamos echar el freno y disfrutar las pequeñas cosas que tienen todos los días? Tienes alguna otra pequeña “tarea” si vas a la playa?
Felicísimo martes a todos echando un poquito el freno y disfrutando de cosas pequeñitas. : )